julio 24, 2006

Nuestro dolor

Comparto y empatizo con facilidad con las personas que conozco todos los estados de ánimo que ya sufrí como otros ahora. Por eso cuando leo las líneas de seres conocidos que atraviesan etapas de angustia, no puedo más que como mínimo recordar las sensaciones similares pasadas que tanto me atormentaban y que tanto me han transformado después...
No existe tratamiento mágico que nos libre del dolor, el dolor indescriptible del Alma. Es una situación que por más que sepamos que es transitoria no por ello duele menos. Lo único que pude hacer en aquéllos momentos fue rezar para que transcurriera el tiempo lo más deprisa posible, sabía que el tiempo mitigaría y curaría mis heridas, pero el deseo de que así fuera me hacía a la vez consciente de mi propia desdicha, de mi propio dolor...
Nada ni nadie fue capaz de hacerme sentir bien, de olvidar por unos instantes el intenso trauma de mi existencia presente. Ay!! Cómo duele!! Los deseos de terminar con mi vida surgieron varias veces a lo largo de muchos meses después de mi "tragedia".
Recién hará en unos días, un año en que todo terminó, que la vida engendrada y esperada después de tantos años de reserva fue vilmente reducida a un cubo de basura por no sé bien qué designios escritos para mí. Que una ya madre sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo tomase sus propias decisiones en caliente y a expensas de nadie. Que pudiera decidir sobre la vida de los demás como Dios, como si la criatura de sus entrañas le perteneciera!
No señor, no. Esto ocurre una vez pero no se repite.
Que a quien te entregas en cuerpo y alma te roba todo, que por más que después esa persona pueda sufrir, no la exime de sus acciones. Que ahora ya se "pierde" la confianza en los demás. Sí, ciertamente cada trago podamos vivr cada uno es doloroso..y mucho. Al final me dí cuenta de que no tenía nada que perdonar a nadie, sino más bien aprender a perdonarme a mí mismo. Buscar en mi interior, profundizar y procurar madurar mi Ser para no cometer errores innecesarios.
Todo lo sufrido fue por algo, aún hoy me asalta el recuerdo velado de lo que pudo ser, pero cuando recapacito y pienso el porqué fui yo quien encendió la llama de la discordia, recuerdo que era por la ausencia de algo auténtico.
Cada uno tenemos nuestros propios fantasmas, y el nuestro siempre será de mayor envergadura que el de cualquier otro. No reconforta el "mal de muchos consuelo de tontos" ya que sólo yo puedo digerir mis demonios, son míos y de nadie más, y nadie más que yo sabe cómo me duele...

Lamento de corazón la "tragedia" que pasáis y vivís en vuestro presente. Pero recordad que son enseñanzas para el futuro. Después del tiempo continua el dolor, pero ya no es el mismo. Ahora debo aprender a vivir de nuevo, aunque el temor asalte a mi Espíritu y me impida disfrutar como cuando era un jovencito jovial y alegre, despreocupado que jamás pudo imaginar todo lo que tendría que vivir.

Os dedico este mensaje a todos los que alguna vez habéis sentido el dolor de las entrañas...

julio 20, 2006

La importancia de ser uno mismo

En el difícil camino de saber realmente quienes somos, lo principal es reunir las partes de nuestro ser que la educación recibida y nuestro andar por la vida han separado peligrosamente

El ser humano esta formado por un cuerpo físico, un cuerpo energético, un cuerpo mental y nuestro espíritu, pero a veces parecen luchar entre sí.

Todos los seres humanos buscamos la manera de encontrar la sensación de unidad y capacidad para percibirnos como un todo.

Se trata en definitiva que cada persona pueda integrar las diferentes facetas de su ser, la corporal, la mental, la emocional y la espiritual, en lugar de vivirlas como partes distintas de uno mismo, que pugnan por encontrar un espacio de expresión.

La necesidad de adaptarnos al entorno hace que a veces nos alejemos de nuestra verdadera esencia.

Recuperarla es una aventura fantástica uno de los mayores y mas gratificantes retos de nuestra vida.

El problema es el miedo a ser autentico, el miedo a que nuestro verdadero ser sea inadecuado o inaceptable. Este miedo nos fuerza a las personas a esconder sus sentimientos auténticos, a enmascarar manifestarnos tal y como somos y de ese modo aceptar el papel que se espera que desempeñemos.

Es importante tener en cuenta que no somos el resultado o la creación de las circunstancias, sino todo lo contrario estas son creaciones nuestras.

Las circunstancias que vivimos no conforman nuestra personalidad, simplemente la ponen de manifiesto.

Como decía el filósofo Jean Paul sastre. “Lo importante no es lo que la vida hace con nosotros, lo importante es lo que nosotros hacemos con lo que la vida nos hace”

Solo la aceptación y el reconocimiento de quienes y como somos en nuestro fuero interno, junto con el valor de mostrarlo ante los demás, nos permitirá establecer relaciones autenticas con cada uno de los seres humanos con los que nos crucemos en nuestro camino.

E.Pérez

Anónima respuesta

Hola Ester, las armaduras son necesarias pero no podemos estar siempre dentro de ellas, pues desvirtúarían finalmente nuestra propia percepción de la realidad. Claro que todos las necesitamos, la soledad, la inapetencia, la desgana...Todas nos valen como armadura. Pero...que se te pasa el arroz??!! Venga ya!! Que digas que la ilusión de tener hijos (porque de eso se trata, no?) a una edad anterior a la actual la has tenido, vale! Que un llauro te lo diga...creo que no debe ni hacerte qué pensar... Tu capacidad de decisión es tu propia libertad, y en ella te deberías encontrar y reconocer a tí misma como tal. Siendo así, qué problema hay? Tú sabes qué cantidad de mujeres "felizmente" casadas se cambiarían por tí? Lo sabes, verdad? Lo que ocurre es que siempre nos pasa lo mismo: somos felices con lo que tenemos pero también deseamos lo que no tenemos. Nosotros, los solteros sin hijos pueda parecer a ojos ajenos que somos seres egoístas, pero en absoluto lo creo. Creo que encontrar "almas gemelas" es verdaderamente difícil, y no renunciar a su búsqueda nos dá un valor añadido.